Mitología: Batos

 ¡Salvete omnes! El mes pasado recibisteis con los brazos abiertos la historia de Pérdix, un muchacho que no se merecía mucho el trágico final que tuvo. Pero, bueno, ¿qué le vamos a hacer? Así es la mitología. Hoy, también, os traigo otro mito que no es especialmente conocido, que está sacado de Las Metamorfosis de Ovidio y que solo cuenta con tres personajes.

 BATOS

Representación de Hermes.

Apolo, dios de las artes y representado como el sol, tenía unas reses sin vigilancia. Estas, entraron a los campos de Pilos, donde el astuto dios Hermes decide robarlas. Si me permitís, antes de continuar, quiero haceros un inciso: Hermes, si bien es conocido como el mensajero de los dioses, también era un ladrón, y por tanto dios de los ladrones y los mentirosos. 

Como buen ladrón Hermes se llevó las reses de Apolo. Sin embargo, un anciano que vigilaba y custodiaba los rebaños de un señor rico, fue testigo de lo ocurrido. Hermes, el muy astuto, se acercó y le ofreció una vaca a cambio de su silencio.

Este anciano, como ya habréis ido suponiendo, no era otro que Batos. Y, el señor, aceptó el trato que el dios le ofreció. Le respondió, incluso, que una piedra hablaría antes que él. Señaló, mientras decía esto, una piedra de sílex del suelo.

Entonces, Hermes se marcha habiendo cerrado el trato con Batos. Pero como bien se dice: piensa el ladrón que todos son de su condición. Así que Hermes regresó, esta vez con otra apariencia. Le preguntó a Batos si había visto algo relacionado con el hurto. Le ofreció una vaca y un toro a cambio de su ayuda. El anciano, viendo que de este trato obtenía más beneficios, le contó dónde estaban las reses. Hermes, furioso por la traición, le convirtió en piedra. Obviamente, viva el sarcasmo y la mala intención de los dioses, porque Batos fue transformado, precisamente, en sílex.

Sílex negro.

Esta corta historia, es el mito que quería contaros. Como siempre, veis que las historias sobre metamorfosis me encantan. En esta ocasión, me he cuidado de elegir un mito en el que se transforma a alguien en piedra y no, como siempre, en planta o animal.

 

Espero que os haya gustado. Para la próxima, ¡podéis sugerirme cualquier mito que os gustaría leer por estos lares! Gracias a todos. ¡Valete!