I'm a reader too: 5 cosas que me gusta encontrar en novelas de fantasía

¡Salvete omnes! Hoy, de nuevo y siguiendo la ruta de la entrada pasada, traigo algo totalmente nuevo a este espacio. Sí, estrenamos sección y como podéis ver se llamará I'm a reader too. Lo que pretendo contar en este tipo de entradas son las cosas que me gustan como leyente. Siempre que hago una entrada intento mostrar puntos de la forma más objetiva que pueda a pesar de que este es un blog de opiniones personales; pero aquí voy a dar rienda suelta a todos mis gustos. La idea es encontrar leyentes de los mismos géneros y gustos que los míos para compartir todo lo bueno de la lectura. Y con esta sección quiero ampliar esto, quiero que haya debate, que hablemos de tópicos, clichés y miles de cosas que nos brinda la literatura para reflexionar. Así pues, hoy me he sentado a pensar en cuáles son las cosas que me gusta encontrar en una novela de fantasía.

1. HABILIDADES SISTEMATIZADAS.

 

Algo que no le falta y en lo que nunca se escatima hablando de este género literario es la magia. Personajes con habilidades especiales, magos y miles de variantes que incluyen todo el tema mágico y místico. A mí me encanta que esto ocurra, pero no de cualquier forma. Creo que todos estos poderes y habilidades tienen que tener un sistema, unas reglas. Y que estén bien explicadas, bien asentadas y bien limitadas. Si no hay límites para los personajes y lo que pueden hacer, no hay retos en la novela. No hay superación y lucha. No cualquier poder debe estar a su alcance pues entonces sería muy difícil enfrentarse a aquello con un poder tan supremo e inabarcable. 

Esto en ningún momento implica que el personaje no pueda ampliar sus habilidades o que conozca nuevas ramas y poderes que antes no se conocían. Sino que estos descubrimientos y todo lo que rodea a la magia tiene que tener claro qué cosas pueden hacerse o no. Un ejemplo de por qué me gustan los límites en este sentido es Once Upon a Time, una serie donde todo puede solucionarse mágicamente y sin explicación alguna en el último minuto. En cambio, un gran ejemplo de reglamentación mágica fantástico es el autor Brandon Sanderson (aviso muy importante: este autor va a ser mencionado mil veces más, porque es un referente maravilloso para el mundo de la fantasía y ciencia ficción). En su trilogía (recientemente alargada a saga) famosísima Nacidos de la bruma la alomancia es uno de los poderes sistematizados más increíbles que me he encontrado. 

2. EL VIAJE DEL HÉROE.

Aquí tal vez os suene contradictorio lo que voy a comentar, así que intentaré que el mensaje sea claro y conciso. El viaje del héroe es un esquema prototípico y al que muchísimos y muchísimas protagonistas se adaptan. La idea es cumplir una serie de pasos muy bien dictados sobre la evolución del héroe. Es un esquema para desarrollar a tu personaje que se puede extrapolar a otros géneros más psicológicos, de autodescubrimiento, etc. En la fantasía es algo muy usual y conocido. Tanto que el propio Brandon Sanderson lo denominó el síndrome de Campbell y pensó que haría que la fantasía fuera un género estancado.

Sin embargo, creo que es esencial que ciertos puntos que trata esta estructura se vean en una novela. Es cierto que seguir este esquema al 100% puede llevar a arruinar una gran novela. En la literatura hay muchos clichés, estereotipos y demás cosas que arrastramos. Y lo que hace ganar audiencia es tomar esos prototipos y convertirlos en algo nuevo. Por tanto, lo que me gusta encontrar es un viaje del personje que le permita evolucionar. No necesito que lo haga de una forma concreta y esquematizada como propone este sistema, sino simplemente que no se quede igual e impertérrito ante los retos que tiene ante sus narices.

3. CRIATURAS FANTÁSTICAS.

No voy a mentiros. Aquí es donde me deshago de todos mis ideales de anti-tópicos e innovar. Porque por usual y requete gastado que esté, si tu novela tiene animales fantásticos me has ganado. Y con esto me refiero tanto a animales inventados (si es el caso, un punto más para Gryffindor) como a animales clásicos como dragones, sirenas, etc. Antes ya os lo he comentado lo que importa a la hora de tomar los prototipos: ser conscientes de cómo lo hacemos, qué técnicas usamos y si aspiramos o no a darles la vuelta. Es algo muy complicado, lo sé. Todo en la escritura, por miles de ejemplos que tengas y miles de artículos que leas, supone un esfuerzo y trabajo increíble.

4. EL ROMANCE NO ES UN TROFEO.

En muchas ocasiones y a veces perpetuado por la idea esta del viaje del héroe, el/la protagonista debe recibir premios por sus acciones. A veces este premio no es meramente idílico y habla sobre la auto-superación. Sino que en algunas ocasiones parece que la pareja (si es que hay romance en la historia, obviamente puede no ser un punto en la trama, cosa totalmente lícita) es un mero trofeo. Una persona, por mucho que su pareja sea héroe/heroína o lo que sea, no es un objeto que se gana en la vida. Si quieres poner romance en tu novela básalo desde el respeto y la igualdad. Que ambos personajes tengan personalidades definidas y que en ningún momento uno se gane al otro, sino que ambos se conozcan y decidan compartirse.

5. TEMÁTICA SOCIAL.

En algún momento de mi infancia decidí la fantasía iba ligada únicamente a la magia. Y si bien, hay algo cierto en ello, ahora me encuentro disfrutando mucho más de novelas fantásticas que denuncian ciertas actitudes, movimientos, etc. Un gran ejemplo de esto son las autoras nacionales Iria G. Parente y Selene M. Pascual. En sus novelas fantásticas (y hablo solo de las que he leído, pues es lo que conozco de primera mano) los temas sociales y las representaciones abundan y esto es una de las cosas que les ha dado tanto prestigio. En Sueños de piedra hay una clara denuncia a la trata, en Títeres de la magia dan representación al colectivo con su pareja homosexual protagonista, además de darle voz (aunque sea un personaje secundario) a una chica asexual. Otro ejemplo es su novela autoconclusiva Rojo y Oro, donde la protagonista es bisexual. Me consta que en otras novelas hay muchísimos más ejemplos de representación, así que tal vez pueda hacer alguna entrada especial cuando las haya leído todas.

Entre otros ejemplos nacionales también podemos hablar de Alba Quintas, quien en su novela La chica del león negro habla de depresión, pérdida y problemas psicológicos actuales y muy frecuentes. Acabo este punto con un último ejemplo: Gema Bonnín, en su bilogía Arena, habla y denuncia la exclavitud en varias de sus maneras. Nos hace reflexionar sobre la libertad y nos enseña cuáles son las cosas por las que vale la pena luchar.


En definitiva, la fantasía es un género maravilloso porque no nos da límites claros: somos nosotros y nosotras quiénes ponemos los propios límites y las reglas y eso nos lleva a poder explorar infinidad de cosas. Entre esa infinidad estos son los elementos que me hacen enamorarme de una obra de fantasía. Puedo disfrutar de la fantasía en general, pero cuando tiene estos puntos bien asentados sé que tiene más posibilidades de ser una buena lectura para mí.

Así pues... ¿qué es lo que os gusta encontrar en un mundo fantástico? ¿Coincidimos en algún punto?

¡Valete omnes!